Dulces sin culpa, Recetas

Helado de piña con coulis de cereza

Parece que el verano empieza a amenazar con irse, ¿verdad? Aún queda, aún queda, pero es obvio que ha refrescado ya, los días son más cortos y poco a poco todos empezamos a retomar nuestras rutinas de trabajo. Pero aún están ahí los rayitos del sol para prepararnos una receta regalona como ésta, un helado de piña con mermelada de cerezas que sé que te va a enamorar.

Yo sé que si me sigues ya lo sabes, pero yo raramente tomo alimentos que han estado congelados antes, ya que no se consideran crudos: el congelado cambia la estructura molecular de los alimentos, las enzimas pierden su efecto catalizador y las proteínas y las vitaminas se desnaturalizan. De hecho, congelar tiene un efecto muy parecido a la cocción suave sobre los alimentos. A parte, los helados enfrían el cuerpo de manera innecesaria y paran la secreción de jugos gástricos al llegar al estómago. Pero un día es un día, y sin duda este tipo de capricho es mucho más saludable que sus homólogos industriales y súper azucarados.

Por otra parte, para que el congelado afecte lo menos posible a los alimentos, podemos congelar el mínimo de horas necesarias, unas 8 horas serán suficientes. Recuerda, cuántas más horas esté congelado un alimento, más se degrada.

El verano nos trae muchas variedades de frutas muy antioxidante, aprovéchalas para reponer tus «baterías» de vitaminas, fitonutrientes y antioxidantes antes de que esté aquí el invierno, las vamos a necesitar seguro para que nuestro organismo pueda enfrentarse a los cambios y a la dureza del clima frío del invierno.

Para este helado he utilizado tres de estas súper frutas bien saludables: piña, cerezas e higos; y un poco de dulzor extra de dátiles. Nada más, y nada menos. Sólo lo mejor de lo mejor: alimentos naturales sin ninguna manipulación antes de llegar a nuestra cocina.

Si lo preparas, yo sé que la cremosidad de la piña te va a chiflar. Si la trituramos una vez está congelada, obtenemos una textura cremosa y suave increíble. Como la piña no contiene almidones, a diferencia del plátano que es la otra «super star» de las frutas a la hora de preparar helados cremosos, se combina muy bien con otras frutas y no nos repite ningún ingrediente durante la digestión.

Cherries coulies

Para el coulis he utilizado cerezas y una fruta muy dulce, dátil de la variedad medjool, para darle un dulzor extra y una textura bien suave. Sí, sí, ya sé que acabó la temporada de cerezas, pero las podemos sustituir por otras frutas igual de interesantes. Puedes utilizar uvas negras, ciruelas rojas, arándanos, moras o frambuesas. Este coulis, te hará también las veces de mermelada, puedes extenderla sobre una rodajita de manzana u otra fruta de temporada para una merienda ideal.

Pero antes, un poquito de historia sobre las cerezas, una de las frutas que más adoro…

Las cerezas contienen antocianinas, potentísimos antioxidantes que ayudan en la prevención de enfermedades cardíacas y del cáncer, reducen la inflamación y los síntomas de la artritis y la gota; contienen melatonina, un antioxidante que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos de sueño del cuerpo; son una excelente fuente de betacaroteno (provitamina A); son ricas en vitaminas C, E, potasio, magnesio, hierro, ácido fólico y fibra natural fermentable, la mejor para nuestro intestino.

Hay muy pocos ejemplos de comentarios en obras y documentos antiguos donde se mencione al cerezo. Esta ausencia de registros tal vez fue debida a la naturaleza frágil y perecedera de la cereza, a diferencia de la manzana.

Se han encontrado evidencias del consumo de cerezas en enclaves prehistóricos en varias partes del mundo. Según el profesor U.P. Hendrick, autor de Las cerezas de Nueva York, los chinos fueron probablemente los primeros en domesticar las cerezas —no se sabe con certeza si fueron dulces o agrias— hace alrededor de cuatro mil años.

Cherries coulies

Los primeros registros disponibles indican que los griegos fueron los primeros en cultivar árboles de cerezas en Occidente. Aunque se supone que se plantaban en las montañas del Cáucaso y que llegó a Europa desde Asia Menor, en el año 72 AC, algunos investigadores plantean que fueron los pájaros, a través de sus heces, los que expandieron el cerezo a través de Europa ya antes del paleolítico.

El político republicano romano Lucius Licinius Lucullus conquistó la ciudad de Cyzicus, en Turquía, donde aparentemente encontró huertos de cerezos y maravillado por su sabor y aspecto decidió llevarlos a Roma. Más de dos mil años más tarde sobre las ruinas de Cyzicus aún están los huertos con sus exquisitas cerezas.

Plinio el Viejo, el escritor y político romano, en su Historia de la naturaleza, menciona 10 variedades de cerezas que se cultivaban en Italia en la antigüedad, lo que indica que los romanos, conocedores de las técnicas agrícolas del injerto, desarrollaron varios de los tipos de cerezas que conocemos hoy en día. La propagación del cerezo a través de Europa y Gran Bretaña vino con la conquista de las legiones romanas, porque la cereza era parte de la dieta de los legionarios.

Este árbol es conocido como «ciliegia» en italiano, «kerasos» en griego, y «cerise» en francés. En 1629 fue cultivado en el condado de Kent, en Inglaterra, después de haber sido replantado allí por el jardinero del rey Enrique VIII, a petición de éste que había traído unos retoños, después de su desastrosa campaña militar en Francia.

La cereza llegó a los Estados Unidos con la colonización. Fue plantado en Massachusetts por los primeros inmigrantes llegados de Inglaterra y Holanda. Las cerezas también llegaron a través del río San Lorenzo y en el área de los Grandes Lagos, con colonos franceses de Normandía. Antes de 1847, existían cultivos comerciales en el estado de Oregón, y, actualmente Estados Unidos es el mayor productos mundial de cerezas.

Pineapple cherries icecream

Helado de piña y coulis de cereza

Ingredientes

Para el coulis de cereza
20 cerezas, deshuesadas
2 dátiles medjool, deshuesados
1 pellizquito de sal
1/2 limón, el zumo

Para el helado de piña
1 piña bien madura, pelada, troceada y congelada durante 8 horas

Truco: Cuando congeles la piña, colócala en un recipiente de cristal por capas separadas entre sí con papel de hornear, que no se toquen para que cuando las vayamos a utilizar no hayan cristalizado juntas y nos cueste triturarlas.

Método de preparación

Para el coulis de cerezas
Coloca los ingredientes en una batidora de vaso y bate hasta obtener una mezcla suave y sin grumos.

Para el helado de piña
Colocar los trocitos de piña en un robot de cocina y tritura a la velocidad mínima hasta obtener un helado cremoso.

Transferir a un recipiente de cristal y añadir con el coulis de cerezas y mezclar con cuidado con una cucharilla, haciendo aguas.

Tapar y colocar en el congelador durante una hora más, justo antes de servir.

Tras una hora en el congelador, nuestro helado de piña tendrá la textura perfecta para ser servido. Maravilloso.

Bon appétit!

4 comentarios

  1. 🙂

    Estuve leyendo tu artículo y hay muchas información que no sabía que me has aclarado,
    esta espectacular.. te quería agradecer el periodo
    que dedicaste, con unas infinitas gracias, por aconsejar a
    gente como yo jajaja.

    Besos, saludos