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Agua de mar: el origen de la vida. Paté de berenjena a la dieta del delfín

Ayer compré este librito que estoy leyendo en estos momentos La dieta del delfín, libro del Dr. Ángel Gracia que trata sobre los beneficios del agua de mar.

Inspirada por los hechos que expone el Dr. Gracia, he empezado a introducir agua de mar en mi dieta diaria; bien tomada sola, añadida a zumos, o incluida en recetas crudiveganas.

En palabras del Dr. Gracia:

Todas las dietas fracasan porque sus autores han olvidado que la primera célula salió del mar y, además, no consideran que el 70% del volumen o peso corporal de los vertebrados, incluidos los humanos, es agua de mar (isotópica).

Tampoco se han percatado de que la obesidad no existe entre los animales terrestres salvajes, excluidos los humanos.

En alta mar, sus mamíferos marinos (delfines, ballenas, osos y focas) y peces, no padecen de obesidad, ni de infecciones, ni de pandemias, ni de cáncer, ni de enfermedades degenerativas.

La dieta del delfín ofrece, en un lenguaje sencillo de fácil comprensión, una dieta íntegra y holística inspirada en los mamíferos marinos que abarca los tres factores fundamentales de un estilo de vida óptimo: nutrición, ejercicio y mente.

Te dejo ahora con mi sencilla receta, y aprovecho también para dar gracias al Dr. Gracia por publicar su libro.

Tiempo de preparación: 15 min. Tiempo de cocción: no necesita. Listo en: 1 hora
Para 2 personas

Ingredientes

1 berenjena grande
1 diente de ajo, chafado y con la piel
1 c. sopera de aceite de oliva
1 limón, el zumo
1 c. sopera de pasas (opcional)
1 c. pequeña de comino
2 c. soperas de tahini blanco (crudo) o semillas crudas de sésamo
2 c. soperas de semillas de chía
1/2 taza de agua de mar
2 c. soperas de avellanas crudas
1/2 c. pequeña de pimienta negra

Método de preparación

Colocar todos los ingredientes troceados en una batidora de jarra o una picadora y batir/picar hasta obtener un puré grueso.

Servir en platos utilizando un molde de aro y reservar en la nevera aproximadamente durante una hora.

Sacar de la nevera 15 minutos antes de servir y acompañar con avellanas troceadas, brotes y una ensalada de hojas verdes. (En la foto, brotes de trébol y ensalada de hojas de espinaca).

¡Bon appétit!

6 comentarios

  1. Mónica dice

    Hola,

    me parece muy interesante esta receta, pero había leído que no era recomendable consumir la berenjena cruda, debido a la solanina.

    Me estoy iniciando en el mundo de los Crudos, y a veces dudo si alguna cosa que ingiero (sobre todo las que no son muy comunes en la cocina tradicional) puede estar perjudicando mi salud: hojas de apio, berenjena, semillas de frutas (manzana, uva, sandía), y no se’dónde consultar.

    Gracias y saludos.

    • kijimuna dice

      Hola, Mónica,
      gracias por tu comentario.

      Te comento que la solanina no tiene nada de contraproducente. Piensa que los tomates y los pimientos también son plantas solanáceas y las consumimos crudas casi a diario en nuestras ensaladas.
      Hay algunos alimentos que crudos no sientan bien, y no se deben comer crudos, que se reducen básicamente a las judías verdes y las patatas.
      Hay otros alimentos que por su contenido en almidón son menos digestivos y los debes incluir en tu dieta en menor proporción y nunca solos, es el caso de la calabaza o las berenjenas.
      Sobre todo si acompañas estos alimentos con hojas, serán mucho más digestivos.
      Los frutos secos en general, es mejor activarlos: remójalos en agua durante la noche, descarta el agua y listos para consumir.
      Las semillas, incluidas las de legumbres, las puedes comer crudas en forma de brote y en forma de germinado.
      Las de las manzanas, peras, etc, las puedes moler en un molinillo de café o de semillas y espolvorear por encima de ensaladas y sopas; son un poco amargas pero ricas en vitamina B9, súper anticancerígenas.
      Consume sólo semillas y piel de frutos bio, pues en la piel y las semillas es donde más se acumulan los agrotóxicos.

      Si estás en fase de iniciación a los crudos, te recomiendo que empieces poco a poco, hasta que tu cuerpo se acostumbre. Puedes empezar por un 70% de crudos hasta que llegues al porcentaje que desees. A partir del 75% de ingesta de crudos, ya se considera una dieta cruda.

      Si hay algún alimento que sientas que es más difícil de digerir, por ejemplo, la berenjena, o las setas, o las acelgas, lo puedes macerar durante 1 hora en zumo de limón. Quedan como si estuviesen pochados, con la diferencia que están 100% vivos.

      Las semillas y la piel de las uvas es donde más concentración de resveratrol encontrarás. Con las semillas de sandía puedes hacer leche como en la leche de melón que publiqué en http://www.kijimunas-kitchen.net/es/leche-de-melon/

      El apio es divino crudo (^_^). Contiene todos los minerales necesarios. Las hojas de las plantas son mucho más nutritivas que sus tallos, pues son mucho más ricas en clorofila y antioxidantes. Añade apio cada día a tu ensalada y no tendrás deficiencias de ningún mineral. Si las hojas te parecen más amargas –que lo son–, combínalas con manazana hasta que te empiecen a gustar. En la dieta cruda, sólo hay éxito si uno consigue reeducar el gusto, y encontrar placer en otros sabores, más intensos, y texturas menos blandas.

      Espero que te sirva de ayuda! Coméntame cómo te va!

      Una abrazo,
      K

  2. Mónica dice

    Hola!

    Vi tu respuesta por casualidad mientras revisaba tu blog, porque pensé que la respuesta a los comentarios te la notificaban por mail, y como no recibí nada, no había visto aun el texto :S.

    Pues bien, te agradezco enormemente tus consejos. Pongo en práctica todo lo que puedo, y tus recetas son de gran ayuda. Por cierto, la leche de melón la hice hace tiempo y me salió un poco aguada, supondo que no agregué suficientes semillas.

    Por suerte mis padres tienen un huertito y, además, soy miembro de un grupo de consumo, así que tengo acceso a numerosos productos ecológicos para experimentar los sabores y texturas en crudo. Ahora la temporada me trae boniatos, caquis, granadas, membrillos, calabaza, coles (muuuchas coles y muy gordas, estoy probando a hacer chucrut, pero no sé si me está saliendo bien) y brócoli, pimiento verde… Y como en crudo todo «cunde» más, a veces ya no sé qué inventar antes de que se estropeen.
    De ellos, el membrillo me cuesta un poco en crudo (sobre todo a bocados, que no se traga bien), así que lo agrego triturado a otros preparados o, como tenía tantos, cocí unos pocos con un palo de canela para hacer compota (las semillas las descarto porque van envueltas en un líquido gelatinoso, y no me atrevo a ingerirlo). El boniato sí que lo hago al vapor o al horno, no sé si hay forma de macerarlo, pero imagino que será como una patata, que no se consume crudo.
    Por otra parte, conseguí una bolsa de algarrobas (en su vaina), es muy rica tal cual, pero un poco dura de masticar así que, como creo que hacer harina es bastante laborioso (aunque muy útil para numerosas recetas), las suelo poner a remojo para que se ablanden y las proceso para hacer tartas en crudo.
    Y otro tema que me queda pendiente, son los germinados. He probado con alubias blancas (se pudrieron, además de que luego leí que esa variedad no se germina), soja negra (ni se pudre, ni brota ni da señales de vida, y eso que era ecológica), arroz integral (conseguí un minibrote pero se empezó a enmohecer y lo tiré) y, finalmente, soja verde (es la única que me germina y me puedo comer)
    Por último, a pesar de que no es muy crudivegano, he introducido el kéfir de leche en mi dieta, porque conseguí unos nódulos y me apeteció probar. Eso sí, trato de fermentar leche FRESCA de cabra/vaca, porque me dijeron que la de almendra (yo hago una muy rica) no servía.

    Te agradezco una vez más todas tus aportaciones y tu orientación, y cualquier idea para inventar con los productos de temporada, es bienvenida.

    salu2,
    M.

    • kijimuna dice

      Mónica, qué fantástico todo lo que me explicas.

      Los boniatos yo los como en crudo, en rodajas bien finitas, o rallados en la ensalada. Se pueden comer tal cual. También puedes extraer el zumo, si tienes licuadora lenta, y mezclarlo en zumos verdes. Así es como más los consumo yo. Con la pulpa sobrante hago galletas.

      http://www.kijimunas-kitchen.net/es/galletones-de-zanahoria-y-boniato-con-kefir-de-frutos-del-bosque/

      A esa receta, en vez de frutos del bosque le puedes poner higos, que están en temporada.

      El kéfir no tiene por qué ser de origen animal. Yo lo hago con leche de coco. Puedes comprar la leche de coco ya preparada, o hacerla tú con la pulpa y el agua de un coco y un poco de agua. También le puedes poner otro tipo de leche vegetal, al kéfir le gusta mientras tenga grasa y azúcar. Sólo que las leches vegetales no quedan espesas como yoghurt, sino como una bebida fermentada. En verano, a mí me gusta con leche de avena, recuerda el sabor de la cerveza.
      Ahora, si decides usar leche animal, que no sea de vaca, que descalcifica y es muy acidificante.

      Lo que me cuentas de la algarroba es súper buena idea, a ver si encuentro algarroba en fruto. En el fondo, la harina de algarroba que se comercializa no es tan cruda, por ley la tuestan a una temperatura mínima de 80 °C por cuestiones de normativa de higiene. De no ser que se especifique que es cruda en el sentido estricto, ésta la muelen de una manera diferente.

      El mundo de los brotes es ir probando. Hay que enjuagarlos todos los días y asegurarse que no tienen exceso de agua, por el moho. Las lentejas son las más fáciles de germinar. También el trigo y la cebada, y con su pasto puedes hacer súper zumos ricos en oligoelementos y minerales. El pastao de estos cereales es uno de los súper alimentos más completos.

      Saludos y gracias por tus comentarios!

      K

  3. Mónica dice

    Muy interesante lo del kéfir, porque además el hecho de conseguir la leche recién ordeñada se me complica un poco entre semana. Ahora tengo algunas dudas:

    Si decido cambiar de tipo de leche al kéfir, ¿he de lavar las cepas? ¿cómo?

    Intenté hacer leche de coco con el coco deshidratado rallado que venden en bolsa en los supermercados, y del resultado deduzco que necesito coco fresco, jaja.

    En cuanto a la leche de avena, nunca la he probado; tengo en casa una bolsa de copos, de estos que son instantáneos, ¿crees que sirven? ¿O necesito el grano que se cuece?

    ¿Con leche de almendras/anacardos también sobrevivirá?

    En el caso de leches vegetales que no sean dulces como la de coco, ¿hay que endulzarla para que el kéfir la pueda fermentar?

    ¡Gracias de nuevo!

    M

    • Consol@Kijimuna dice

      Sí, interesante. Si quieres que el kéfir produzca de manera más lenta, ponlo en la nevera –que la temperatura esté al mínimo–. Así lo puedes tener en un litro de leche entre 7 y 15 días. A temperatura más baja, tiene menos actividad.

      Si cambias a leche vegetal, fantástico, no tienes que lavarlo si no quieres. A la segunda vez que lo cambies ya no habrá restos de origen animal. Pero si quieres lavarlo, puedes hacerlo con agua de manantial tibia y ya está.

      Los copos de avena que se encuentran en las tiendes están cocinados al vapor. Mejor hacer tú la leche con avena cruda en grano. Remojas los granos durante la noche, descartas el agua de remojo y ya puedes hacer leche mezclando 1 taza de avena activada por 1 litro de agua. Lo mismo con cualquier otro cereal, fruto seco o semilla.

      Todos las leches vegetales son dulces. Unas más que otras. Las de cereales son las más dulces. Pero si quieres puedes endulzar con dátiles remojados a la hora de hacer la leche.

      Saludos,

      K