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Croquetones de semillas, setas y algas

Hoy, para variar de las últimas que han sido bien dulces y golosas, tenemos una receta saladita que es una delicia no sólo para tus papilas sino para todo tu organismo.

Sus ingredientes son tan beneficiosos para tantas funciones vitales y fuente de tantas vitaminas, minerales, proteínas y grasas saludables que las podríamos llamar croquetones holísticos o croquetones totales. Pero lo dejaremos en croquetones.

Tiempo de preparación: 10 min Tiempo de cocción: no necesita Listo en: 10 min
Para unos 16 croquetones

Ingredientes

3 tazas de semillas de girasol, activadas
1 c. sopera de tamari
1/2 taza de champiñones, laminados
1 cebolla blanca pequeña, picadita fina
1/2 taza de copos de alga aonori
2 c. soperas de cilantro fresco, bien picadito
1 c. pequeña de de pimienta negra
1 c. pequeña de nuez moscada, recién molida
1/2 limón, el zumo
6 c. soperas de levadura nutricional

Método de preparación

Para activar las semilas de girasol, lávalas y escúrrelas usando un colador. Colócalas en un bol cubiertas con agua durante toda la noche o durante ocho horas. Enjuágalas y escúrrelas de nuevo. El agua de remojo de las semillas es siempre para descartar.

Coloca las semillas de pipas de girasol activadas en un robot de cocina y tritura durante unos treinta segundos. También puedes utilizar una batidora de vaso; pulsas unos cinco segundos para batir, mezclas homogéneamente con una cuchara y repites hasta que tengas una masa gruesa. Si quedan trocitos de semillas, no te preocupes, es incluso más agradable a la hora de comer.

Coloca las pipas de girasol trituradas en un bol  y mezcla homogéneamente con el resto de ingredientes menos con la levadura nutricional. Divide la mezcla obtenida en diciséis porciones iguales y da forma de croquetones con las manos.

En un bol, coloca la levadura nutricional y reboza los croquetones hasta que se recubran de levadura.

¡Ya están listas para servir! ¡Qué rápido!, ¿verdad? Si son muchos croquetones, no te preocupes, los puedes guardar en la nevera durante unos tres días. Si tienes deshidratador, también los puedes deshidratar durante dos o cuatro horas y por fuera quedarán crujientitas. Si los deshidratas, sírvelos tibios tal como salen del deshidratador. Son espectalares y tienen un punto de ¡crunch! que nadie diría que son 100% cruditos.

Aquí tienes los mismo croquetones, pero éstos estuvieron cuatro horas en el deshidratador. Así sí que tienen todas las caracterísiticas de las croquetas, crujientitas por fuera, blanditas por dentro. Sólo que aquí no hay nada de grasas nocivas ni fritos ni tóxicos ni colesterol.

Aquí tienes los mismos croquetones, pero éstos estuvieron cuatro horas en el deshidratador a 38 ºC. Así sí que tienen todas las caracterísiticas de las croquetas, tibias, crujientitas por fuera, blanditas por dentro. Sólo que aquí no hay nada de grasas nocivas ni fritos ni tóxicos ni colesterol.

Son una delicia y un aporte de grasas y proteínas saludables, ricas en complejo de la vitamina B, precursores de la vitamina D, vitamina C, vitamina E, zinc, selenio, minarales incluidos el magnesio, el calcio, el hierro y el yodo, con propiedades anticancerosas y muy digestivas. Tu piel, tu sistema autinmune, tu cerebro, tu sistema nervioso, tu sistema digestivo, tu sistema cardiovascular te lo van a agradecer.

Acompaña los croquetones con una ensalada de brotes de espinacas y olivas negras y tendrás un plato completísimo, ligero y muy, muy nutritivo.

¡Ay!, me encantan estas recetas tan sabrosas y sencillas que sé que van a ayudarte a cuidarte mientras disfrutas. ¡Qué ilusión poder compartirlas contigo de esta manera tan y tan sencilla!

Estos croquetones los tienes que hacer, ¿eh? Son ideales para llevarlos de pícnic o a la playita, ahora que el tiempo acompaña. Se transportan y mantienen perfectas y son muy fáciles de comer con los dedos, son ese tipo de comida comfort todoterreno que no nos da excusas para alimentarnos bien. ¿Te las podrías llevar a la oficina acompannadas de una ensaladilla sencilla? Perfectamente, así que apunta, apunta, para prepararte un tentempié o comida lleno de energía para cualquier situación.

Ahora que es verano, a mí me parecen ideales para llevarlos a la playa con un buen batido verde, el olor de mar de fondo, la brisa que corre y los rayitos del sol que tan bienvenidos son después del invierno.

Y si las haces de un tamaño más pequeñito, croquetitas que puedes servir de picoteo en la cena o en una fiesta con amigos. Te aseguro que serán las reinas de la fiesta.

¡A ver qué tal te quedan!

¡Bon appétit!

Yogur casero raw vegan con coulis de cereza y uva

¿A quién no le suena lo beneficiosos que son los probióticos para nuestra salud? A todos nos suena y nos requetesuena, ¿verdad? Ya desde hace mucho tiempo nos vemos bombardeados por anuncios en todos los media que nos cuentan las maravillas de los probióticos. Incluso el nombre de la bacteria probiótica en cuestión nos la sabemos de memoria.

Aunque lo que sí que no se nos dice es que los probióticos y fermentados es mejor comerlos con el estómago vacío para aprovecharlos realmente, ya que de esta manera nos aseguramos de que, al estar el estómago “ocioso”, la menor cantidad de ácido del estómago no destruya la gran mayoría de bacterias probióticas y algunas lleguen vivas a los intestinos, que es donde interesa que lleguen y se queden.

Los probióticos tienen la capacidad de regular la flora intestinal incrementando las bacterias que se consideran benéficas —como los lactobacilos y las bífidobacterias— y estimulando el sistema inmunológico, nuestras defensas. Son no sólo saludables, sino necesarios para nuestra buena salud.

Pero lo mejor, lo mejor de esta receta es que todo, absolutamente todo, es natural y casero. Podrás crear tus bacterias beneficiosas prepararando en tu cocina rejuvelac o agua enzimátcia, encontrarás la receta aquí, y luego fermentando frutos secos con este agua enzimática llena de vida. Nada de ingredientes sucios, ni conservantes, ni leches nada éticas ni nada saludables. Sólo salud y vida para tí y para los tuyos, puro placer a la hora de degustar y nutrirte.

En esta receta de yogur he utilizado anacardos como base porque son muy cremosos y batidos con el agua enzimática son una pura crema, suavísima y deliciosa. Pero puedes utilizar otros frutos secos cremosos como los piñones o la nuez de macadamia, que, por otra parte, son mucho más caros. Es por esto que los anacardos son tan recurridos a la hora de hacer postres crudos, porque dentro de lo que cabe son los más asequibles y son una maravilla. Ahora, ya te digo que un yogur hecho con piñones es el primer escalón para subir al cielo. Para mí, el mejor. Pruébalo y me cuentas.

Para esta receta, a parte de los anacardos, he utilizado otro ingrediente muy especial cortesía de Salud Viva —gracias, gracias, gracias, Salud Viva—, el boniato morado japonés, que es dulce y tiene unas propiedades nutritivas increíbles, entre ellas contiene un antioxidante llamado antocianina, un flavonoide, de hecho, responsable del color morado de algunas frutas y vegetales y que es altamente anticanceroso.

Si no tienes, pues no pasa nada. Lo dejas tal cual, blanquito, o le puedes poner fresas / frambuesas / arándanos deshidratados y molidos, o harina de algarroba, e incluso cacao en polvo. Ya te aviso que el yogur de cacao es espectacular, y no te digo nada si además lleva una base de piñones.

Pero bueno, no me entretengo más dándote mil ideas deliciosas. Seguro que a tí se te ocurren otras tantas más en cuanto pongas en práctica mi receta.

¡Espero que la disfrutes!

Tiempo de preparación: 10 min Tiempo de cocción: no necesita Listo en: 48 horas
Para 4 yogures

Ingredientes

Para el yogur
1 taza de anacardos, remojados durante 8 horas y lavados
1/2 limón, el zumo
1 y 1/2 taza de rejuvelac
1 pizca de sal
2 c. soperas de boniato morado liofilizado en polvo

Para el coulis de cerezas
1 y 1/2 tazas de cerezas bien maduras, deshuesadas
1 c. sopera de aceite de coco, en estado líquido

Para decorar
Uvas negras bien maduras, al gusto

Método de preparación

Para el yogur
En una batidora de vaso, combinar los anacardos con el rejuvelac y batir a la velocidad más baja hasta obtener una crema muy suave. Repartir la crema de anacarods y rejuvelac en cuatro vasitos de cristal para yogur o cuatro botecitos de cristal con tapa. Tapar y guardar en la nevera durante 48h mínimo para que la crema de anacardos fermente. También se puede fermentar fuera de la nevera, en un lugar donde no le dé la luz directa y la temperatura sea estable; tardará mucho menos en fermentar, quizás unas 24h. Cuando es verano y hace calor, como ahora, yo  prefiero que fermenten en la nevera, tardan más, pero el sabor es más suave y el yogur más estable y se puede guardar durante unas semanas en la nevera sin que se estropee.

Una vez el yogur está listo, prepararemos el coulis de cerezas y lo annadiremos al yogur unas dos horas antes de servir.

Para el coulis de cerezas
En una batidora de vaso batir las cerezas deshuesadas. Si quieres las puedes colar para que el coulis quede bien suave, añadir el aceite de coco y volver a batir para tener el coulis listo; o simplemente combina las cerezas con el aceite de coco y bate hasta obtener una crema muy suave. Sirve sobre los yogures, decora con uvas o frutos rojos al gusto y refrigera durante unas dos horas antes de servir.

¡Bon appétit!

Bombón helado de frutos del bosque bañado en chocolate negro raw

Esta mañana leía en el diario que en Barcelona estamos viviendo el julio más fresquito desde hace veintidós años. Es verdad, se está fantástcio en la calle. Corre una brisa marina divina, hace sol y la luz brilla con la intensidad del verano. Pero la brisa y la temperatura son una bendición.

Igual no hace mucho clima para tomar todavía helados. A mí, como siempre, me gusta prepararlos caseros, con los mejores ingredientes y, por supuesto, éticos, orgánicos, cruditos, veganos y, me falta un adjetivo, fantásticos, ¡ha!

Aunque tampoco combiene mucho abusar de las cosas frías. Hay quien se harta de comer y beber cosas muy frías, y las cosas muy frías consumidas a menudo tienen bastantes efectos contraproducentes para la salud: solidifican las grasas de los órganos internos, desestabilizan  nuestro organismo que tiene que hacer un esfuerzo extra para elevar nuestra temperatura basal y, por último, a nivel energético, son excitantes.

Así que mejor tomar pocas cosas frías, aunque de cuando en cuando un helado no hace daño. Especialmente si lo dejas fuera del congelador unos minutos antes de consumir hasta que se vuelva cremoso. No sólo así le sube un pelín la temperatura, sino que la textura es mucho más agradable.

El año pasado hice un taller de helados y la verdad es que fue un éxito. Uno de los talleres con más público de los que he hecho hasta el día de hoy, más de dieciséis personas. La verdad es que lo hice un poco a regañadientes, más por petición que porque fuese algo que realmente quisiese. Precisamente, porque las cosas helados no son de lo más sano que podamos tomar y a mí me cuesta mucho enseñar a preparar muchas cosas que sé que no sientan tan bien. Y si mi sigues, ya sabes que mi enfoque hacia la alimentación es más bien “medicinal”.

Así que este año no haré taller de sólo helados. ¡Ooooooh!. Pero el 27 de julio de 2014, incorporaré helados y postres de verano saludables a la propuesta del Taller Creativo Raw Food Anti–Aging. Cerebro y Nervios. ¡Bieeeeen!. Y la estrella de los postres te avanzo que va a ser un helado bien especial, de hecho, mi favorito cuando yo era pequeña.

Mientras llega ese domingo y el último taller de Kijimuna’s Kitchen antes de las vacaciones, y como sé que os gusta, ¡he,he!, he decidido dejarte una súper receta para hacer el mejor helado. Una receta que en el fondo son tres: helado, chocolate raw y bombón helado recubierto de chocolate negro raw. Ya tienes receta para ir experimentando y cuidándote al mismo tiempo que disfrutas. Este helado, no puede ser más sano.

Antes de la receta, una sola cosa más, si necesitas comprar ingredientes para este helado o algún súper alimento, nuestros amigos de Fitovitalia tienen un descuento especial para tí sólo este mes, julio de 2014. Lo único que tienes que hacer es introducir el código de la promoción cuando realices la compra: FRIENDOFKIJIMUNA. Así que si eres amiga/o de Kijimuna, tenemos una promoción para tí, ¡ue!

Bombón helado de frutos del bosque bañado en chocolate negro raw

Tiempo de preparación: 5 min Tiempo de cocción: no necesita Listo en: 24 horas
Para 2–4 vasitos

Helado de frutos del bosque

Ingredientes

300 gr de frutos del bosque variados (fresa, frambuesa, grosella, arándanos), congelados
1/2 taza de pasta de sésamo blanca, que sea cruda
1/2 taza de sirope de arce (éste sirope, como la mayoría, no es crudo)

Método de preparación

Colocar todos los ingredientes en una batidora de vaso y batir hasta obtener un helado cremoso. Tu helado ya está listo, de hecho ya lo puedes servir en vasitos y degustar. Puedes ponerle un topping de trocitos de cacao puro, o un chorrito extra de sirope de arce.

Pero si quieres seguir con tu bombón helado, aquí viene el resto de la receta para el chocolate. Pero antes de la receta del chocolate, vierte tu crema de helado en moldes para helado y congela en el congelador durante una o dos horas, hasta que estén sólidos.

Chocolate negro raw

Ingredientes

250 gr manteca de cacao
100 gr azúcar de coco, molido fino
140 gr cacao en polvo
un pellizquito de sal (opcional)

Método de preparación

Derrite la manteca de cacao al baño María, vigilando que la temperatura no suba más de 38 ºC o como máximo 42 ºC. Si tienes deshidratador, puedes colocar la manteca en un bol y dejar que se derrita lentamente en el deshidratador a temperatura 38 ºC. Para que tarde menos en derretirse, trocea la manteca a trocitos pequeños con un cuchillo o ralla con un rallador.

Una vez la manteca está derretida al menos a un 75%, viértela en una batidora de vaso y bate junto con los ingredientes secos durante un minuto a la velocidad más lenta. Cuidado que al batir no suba la temperatura para que el chocolate siga crudo y no pierda propiedades. Si necesitas batir más de un minuto, deja descansar la mezcla unos 10 minutos y vuelve a batir de nuevo.

Una vez tienes tu mezcla de chocolate líquido y bien mezclado, ahora tienes que temperar el chocolate. Este paso es súper importante, sin él, no conseguirás un chocolate crujiente, que se derrita suave en la boca, que brille y que no se derrita a temperatura ambiente cuando haga calor. Es este proceso de temperar el que permite que el chocolate cristalice correctamente y tenga las características que describo, siendo un placer para los sentidos.

Para temperar, coloca el chocolate derretido de la batidora en un bol y remueve con una espátula hasta que empiece a enfriarse y tenga una textura menos líquida. Para temperar bien, el chocolate tiene que haber sido derretido a una temperatura de 42 ºC máximo y luego tienes que bajar, mientras remueves, a una temperatura de 31,5 ºC.

Una vez llegas a la temperatura de 31,5 ºC, vierte el chocolate en un bol mediano, lo que queremos conseguir es profundidad para poder sumergir el helado. y que quede bien cubierto.

Bien, ya tienes el chocolate a la temperatura adecuada, y tu helado ya está congelado.  Ahora desmolda los helados y, sujetando los helados por el palito, sumerge en la mezcla de chocolate unos segundos y ya puedes retirar el helado. Sostén asiendo el palito un par de  minutos boca abajo hasta que el chocolate deje de gotear. Reserva y sigue con el próximo helado.

Una vez has bañado los cuatro helados, ya están listos para degustar, una delicia,ya verás. Pero si quieres, los puedes guardar en el congelador en recipientes de cristal con tapa.

¡Bon appeetit!

Soufflé crudito con algas

¿Soufflé crudito? Sí, sí. Has leído bien, este soufflé salado está completamente crudo y no contiene nada de nada de ingredientes de origen animal.

Los soufflés tradicionales contienen huevo batido y otros ingredientes y están ligeramente horneados. Pero lo que realmente quiere decir la palabra soufflé (participio del verbo francés souffler, hinchar) es algo así como hinchado.

Y eso es lo que le ha pasado a este soufflé crudito. Pero ¿cómo? ¿Sin usar el horno? Sí, sí, sin usar el horno; el aire con el que se ha hinchado la mezcla de esta receta es fruto de la fermentación. Y es una fermentación muy sencilla, no hay que hacer mucho, la verdad, excepto saber esperar.

Como todos los fermentados, este soufflé es un buen aliado para mantener la salud intestinal, ayudando a repoblar nuestra flora intestinal con los microorganismos amigables (probióticos) de la fermentación.

Es ideal tomarlo con el estómago vacío y esperar unos veinte minutos antes de consumir nada más. Y, ¿por qué? Básicamente para que los ácidos del estómago destruyan la menor cantidad posible de estos microorganismos y que puedan llegar con vida a los intestinos.

¿Qué más sobre este soufflé? Pues ésta es una receta ideal si quieres combatir la debilidad o la anemia. Es rico en vitamina C, ácido fólico (vitamina B9), hierro, calcio, magnesio, yodo, probióticos y más… Y, por supuesto, es delicioso; con una textura suave y cremosa increíble.

Soufflé crudito con algas

Tiempo de preparación: 5 min Tiempo de cocción: no necesita Listo en: 24 horas
Para 2–4 vasitos

Ingredientes

1 calabacín pequeño
1 cebolla blanca pequeña
1 c. sopera de psyllium husks, ya molidos
2 c. soperas de pasta de musgo irlandés
2 orejones
1 naranja, el zumo
1 limón, el zumo
2 puñados de algas wakame
1 pellizquito de sal
1 taza de trigo sarraceno activado
1 c. sopera de tahini blanco crudo

Método de preparación

La preparación de este soufflé es realmente sencilla, en el fondo sólo hay que colocar todos los ingredientes menos el wakame en una batidora de vaso, y batir hasta obtener una crema muy suave.

Para activar el trigo sarraceno, coloca las semillas de trigo sarraceno en un colador, y el colador sobre un bol, que quede completamente dentro del bol. Cubre con agua y deja remojar durante quince minutos sólo. Lava bien y descarta el agua y cubre con un paño. Reserva en un lugar tibio en la cocina, donde no le dé el sol, durante la noche o durante ocho horas. Lava bien y ya los tendrás listos para  preparar el soufflé.

Una vez hayas batido los ingredientes y hayas obtenido esta crema tan suave, añade las algas wakame troceadas y bate muy ligeramente, sólo para romper un poquito las algas pero que queden trocitos pequeños enteros.

Coloca esta mezcla en vasitos o botecitos de cristal con tapa. Llena los vasitos tan sólo hasta la mitad, tapa, y reserva en la nevera unas veinticuatro e incluso cuarenta y ocho horas. Durante este tiempo, y sin hacer nada más, la crema fermentará y se llenará de burbujas de aire. Voilà! Ya estará listo tu soufflé.

Este soufflé lo puedes guardar así tapado en la nevera durante unas dos semanas. Aunque durante este tiempo el sabor a algas se acentúa. A mí, como me gustan todas las algas, me gusta dejarlo fermentar como mínimo cuarenta y ocho horas, y la mayoría de las veces lo dejo fermentar durante bastante más tiempo. ¡Está siempre delicioso!

Entonces, ¿te animas?

Sobre los ingredientes de esta receta

El psyllium lo encontrarás seguro en herbolarios especializados en dietética. Es la cascarilla de una semilla mucilaginosa que se utiliza más como medicina natural que como ingrediente convencional en la cocina. Las propiedades del psyllium están relacionadas también con la salud intestinal, mejora el tránsito y su capacidad de absorber líquidos hace que absorba toxinas en el intestino.

El musgo irlandés, que no hay que confundirlo con el wakame irlandés, es más difícil de encontrar. Yo lo compro online, hay ya muchos proveedores de súperalimentos y alimentos especiales para la dieta cruda. A mí me encantan Fitovitalia y Salud Viva. Pero hay más…

De todas maneras, que no te pare el no encontrar estos alimentos. Los puedes sustituir los dos por semillas de chía. Simplemente substituye las cantidades de musgo irlandés y de psyllium en la receta añadiendo tres cucharadas de chía a la mezcla una vez hayas batido todos los alimentos y deja fermentar en la nevera en vasitos, tal y como indica la receta. El sabor es ligeramente diferente, y la textura también, pero sigue siendo delicioso y saludabilísimo.

Las algas wakame, pues son muy comunes ya de encontrar en cualquier tiendita que tenga alimentos bio o delicatessen. Yo tengo que decir que soy una privilegiada y las wakame que he utilizado para este soufflé crudito son cortesía de Entrealgas, súper que cada vez haya más productos saludables y de buena calidad al alcance de todos.

Bon appétit!

Leche de pomelo ¡Operación bikini!

¿Leche de pomelo? Bueno, no tan rápido, leche de nueces y pomelo; pero sí, leche de…

Pero, ¿se le puede llamar “leche” si no es de origen animal? O, ¿es incorrecto y tenemos que llamarle “bebida de”?

Hace unos días , leyendo un artículo online sobre las bondades de las leches vegetales, me encontré con una rotunda aseveración respecto al nombre de este tipo de bebidas. Dice el autor, hablando de la leche de avena en concreto:

“Lo primero que hay que saber es que se llama bebida de avena, no leche de avena; ya que etimológicamente la leche sólo puede salir de una mama, y las bebidas vegetales son eso, vegetales.”

Me chocó, lo confieso, que un artículo aparentemente serio enfocado a hablar de las bondades de las leches vegetales comenzase con una reflexión tan filológica que, por otra parte, es muy incorrecta.

“Leche”, si pensamos dos veces, quiere decir bastantes cosas más que el alimento nutritivo que las hembras mamíferas producen para alimentar a sus crías. Desde acepciones más coloquiales, hasta las bebidas vegetales, pasando por las leches en cosmética, se utiliza la expresión “leche” con diversos significados.

La Real Academia de la Lengua Española recoge de manera oficial nueve significados para la expresión “leche”, la tercera acepción recogida en su diccionario reza así:

3. f. Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas. Leche de coco, de almendras

Así que si quieres llamarle leche a tu bebida vegetal, es 100% correcto, 100% ético, 100% saludable, 100% delicioso; lo mismo que si le llamas bebida vegetal. Tú eliges.

Desde mi humilde punto de vista, hay que tener cuidado con las correcciones sobre el lenguaje y evitar ser prohibitivo. El lenguaje es una herramienta comunicativa y creativa, está viva y evoluciona con la necesidad de expresar ideas, conceptos, emociones…

A nosotrxs, los que queremos mejorar y ayudar en el cambio ético, nos va muy bien poder jugar con el lenguaje y proponer alternativas y nombres en la dieta que sean familiares y que se relacionen en seguida con alimentos, experiencias y emociones asociadas a antiguas dietas menos éticas, menos sostenibles y menos saludables.

Así que si le queremos llamar hamburguesa o albóndigas o filetes o nata o leche o paté a algo que hayamos preparado con sólo vegetales para acercar a un público menos familiar con una alimentación basada en plantas, ¿por qué no lo íbamos a hacer?

A mí, sinceramente, me gusta más el término “leche” que “bebida vegetal”. Si pienso en «bebida vegetal» me vienen un montón de ideas y asociaciones a la mente, y ninguna relacionada con una bebida blanca, dulce y nutritiva que me remonta a una infancia feliz. Así que les voy a seguir llamando “leche” a mis leches vegetales (excepto a la horchata, que a estas alturas el nombre me resuena tanto que no se lo cambiaré por leche de chufas… aunque leche de chufas me suena súper, ¡ha!). Es más, como “leche” (vegetal) consta como término recogido en el diccionario oficial de la lengua, quiere decir que hace muuuucho tiempo que existen estas leches; por ejemplo, recuerdo que de niña la leche de almendras se encontraba en farmacias como una especie de suplemento alimentario natural o como un sustituto saludable para personas con colesterol malo alto.

Bueno, no me alargo más, y aquí te dejo la receta de leche para incluir en tu operación bikini. Sólo lleva dos ingredientes y se prepara en un santiamén.

Leche de pomelo

Tiempo de preparación: 5 min Tiempo de cocción: no necesita Listo en: 8 horas
Para 2 vasos

Ingredientes

1 puñado de nueces, remojadas durante la noche y lavadas
1 pomelo grande, sin la piel y troceado

Método de preparación

Combinar los ingredientes en una batidora de vaso y batir hasta obtener una mezcla muy suave.
Colar para descartar la pulpa utilizando un colador de malla fina o una bolsa para hacer leches vegetales.

El pomelo, a parte de ser una fruta cargada de vitamina C y betacarotenos (favorecen la salud del sistema inmune y la salud de la piel) es un estimulador del metabolismo, ayuda a disolver y quemar las grasas acumuladas, a perder peso y ayuda al hígado a desintoxicarse de manera natural.

Las nueces, a parte de ser ricas en proteínas y grasas saludables, contienen zinc, un oligoelemento muy antioxidante, y también vitamina E, vitamina imprescindible para muchas funciones de nuestro organismo y estrechamente vinculada a la salud de la piel. También contienen magnesio, calcio y boro, nutrientes muy interesantes de incorporar a nuestra dieta para reforzar la salud de nuestros huesos. Pero aún hay más, las grasas saludables de los frutos secos y las semillas, no sólo son buenas per se sino que ayudan a disolver las grasas no saludables acumuladas en nuestros vasos sanguíneos, beneficiando así la salud del sistema cardiovascular. Eso sí, no dejan de ser grasas, con lo que su consumo no tiene que ser elevado para no saturar a nuestro hígado; con un puñadito al día es más que suficiente.

Ya ves, deliciosa combinación desde todos los puntos de vista, ideal para un tentempié o un aperitivo mientras preparas la comida en casa y te cuidas por dentro y por fuera.
¿Listos para la operación bikini con esta leche deliciosa? Bueno, con esta receta también mimarás tu piel: operación bikini y piel de sirena.

¡Bon appétit!